El arte de la contemplación: meditación activa a través de los sentidos

¿Quién dijo que meditar es solo cerrar los ojos?
La contemplación es una práctica silenciosa pero profundamente activa: una invitación a abrir los sentidos al presente y dejar que cada experiencia se vuelva una puerta hacia la calma.

Podés empezar observando una vela o una flor. Fijar la mirada, notar los matices del color, la textura, la luz que vibra en su forma. No hace falta buscar nada: solo mirar y permitir que el momento te habite.

También podés escuchar. Un cuenco tibetano, el canto de un pájaro o el sonido del viento que pasa. Escuchar sin juzgar, sin interpretar, sin ponerle nombre. Solo estar ahí, en la vibración del instante.

El olfato es otro camino: un aceite esencial, el aroma del té o el perfume del aire después de la lluvia. Inspirar, sentir y quedarse un segundo en esa sensación que despierta algo interno, una memoria o una emoción que se libera.

Y el tacto: la piel, la ropa sobre el cuerpo, la temperatura del aire. Cada roce es una oportunidad para volver al aquí y ahora.

Cuando los sentidos se despiertan, la mente aprende a quedarse quieta. La contemplación transforma lo cotidiano en sagrado; convierte un instante común en un momento de conexión profunda.

Ejercicio de meditación para practicar en casa

Buscá un lugar tranquilo. Sentate cómodo, con la espalda recta y los pies apoyados en el piso o cruzados sobre tu mat.
Cerrá los ojos un instante y hacé tres respiraciones profundas.
Elegí un sentido: la vista, el oído, el olfato o el tacto.
Por ejemplo, observá la llama de una vela o escuchá los sonidos de tu entorno.
No intentes concentrarte: simplemente notá lo que aparece, sin juzgar ni cambiar nada.
Si tu mente se distrae, volvé a la sensación, al aire, al ahora.
Permanecé así unos minutos, hasta sentir que el cuerpo se afloja y la respiración encuentra su ritmo.

Eso es meditar: estar presente en lo que ya está sucediendo.

En EYO Yoga Madero, combinamos meditación, sonido y respiración para que descubras esta atención plena en cada gesto, en cada respiro, en cada día de tu vida.
Vení a experimentarlo en Puerto Madero: tu espacio para detenerte, sentir y contemplar

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