Por EYO Yoga Madero
A veces creemos que las emociones solo viven en la mente, pero el cuerpo guarda cada experiencia como una huella silenciosa.
El miedo puede encogernos los hombros, la tristeza aflojar el pecho, la preocupación tensar la mandíbula o el abdomen.
Sin darnos cuenta, nuestra postura cotidiana se vuelve un espejo del mundo interior.
El yoga nos enseña que el cuerpo no miente.
Cada rigidez, cada gesto automático, es una forma de comunicación que pide ser escuchada.
A través de las posturas, la respiración y la observación consciente, podemos empezar a liberar lo que quedó atrapado: una emoción no expresada, una tensión que se volvió costumbre, una historia que el cuerpo aún sostiene.
Lo que la ciencia confirma
Desde la fisiología, sabemos que las emociones no son solo “mentales”: involucran a todo el sistema nervioso, muscular y hormonal.
Cuando sentimos miedo o estrés, se activa el sistema simpático —el del “alerta”— y los músculos se contraen.
El yoga, al trabajar con respiraciones profundas y estiramientos sostenidos, estimula el nervio vago y activa el sistema parasimpático, responsable de la relajación y la restauración del cuerpo.
Así, cada práctica ayuda al organismo a “recordar” cómo es sentirse seguro.
Un lenguaje que se aprende a escuchar
Con el tiempo, empezamos a reconocer señales:
– una rigidez en el cuello que no es solo postural, sino emocional;
– un pecho cerrado que no deja entrar aire ni consuelo;
– una mandíbula apretada que contiene palabras no dichas.
El yoga no busca borrar esas marcas, sino darles voz.
Cada inhalación es una invitación a abrir espacio; cada exhalación, una forma de liberar.
Ejercicio para practicar en casa
Buscá un lugar tranquilo.
Sentate o recostate sobre tu yoga mat y cerrá los ojos.
Hacete consciente de tu respiración y recorré el cuerpo con la mente, desde los pies hasta el rostro.
Notá dónde hay tensión, presión o frío.
En cada exhalación, imaginá que soltás un poco de ese peso.
No intentes corregir, solo escuchar.
En esa escucha profunda comienza la verdadera transformación.
“El cuerpo es el templo del alma; cuidarlo, escucharlo y honrarlo es también una forma de oración.” — B.K.S. Iyengar
En EYO Yoga Madero, te acompañamos a redescubrir tu cuerpo como aliado en el camino del bienestar.
A través de yoga, meditación y terapias corporales, podés aprender a leer las señales internas y liberar aquello que el cuerpo aún guarda.
Vení a escucharte: el equilibrio empieza desde adentro.


