Por qué hacemos retiros y qué significan para nosotros

En Eyo Yoga creemos que el verdadero viaje siempre es introspectivo. Por eso, nuestros retiros no son una pausa de la vida cotidiana, sino una invitación a regresar al centro de uno mismo. En cada encuentro, buscamos mucho más que estirar el cuerpo o calmar la mente: buscamos habitar el ser.

Un regreso al origen

La vida cotidiana está llena de estímulos, exigencias y automatismos que nos alejan de lo esencial. A veces, incluso nuestras prácticas espirituales se vuelven rutinas más que herramientas de transformación.

Nuestros retiros están diseñados como espacios de pausa consciente, donde el silencio, el cuerpo y la naturaleza se convierten en portales hacia algo más profundo: el encuentro con lo que somos cuando todo lo demás se apaga.

En palabras simples: no se trata solo de practicar yoga o meditación, sino de experimentar un estado interno al que rara vez accedemos en el ritmo frenético de la ciudad. Queremos que nuestros alumnos se lleven algo que no se puede nombrar fácilmente, pero que transforma.

¿Qué sucede en un retiro de Eyo Yoga?

Diseñamos cada retiro como un viaje cuidadosamente guiado. Desde que entregamos la primera bitácora al subir al micro, hasta el círculo final frente al lago, cada detalle está pensado para acompañar un proceso de introspección, conexión y expansión.

El cronograma incluye momentos de:

  • Movimiento consciente, con prácticas de yoga que varían en intensidad para acompañar el ritmo del día y del cuerpo.
  • Meditación, no como un fin en sí mismo, sino como una forma de afinar la escucha interna.
  • Talleres de reflexión, donde usamos la escritura, el diálogo y símbolos (como piedras, gotas de néctar o imanes) para explorar los propios procesos emocionales y espirituales.
  • Encuentros grupales, en los que la palabra, el silencio y la mirada compartida abren espacio a la autenticidad.
  • Naturaleza, porque creemos que sanar es también volver a enraizarnos con la tierra que nos sostiene.

Cada actividad está imbuida de una intención clara: recordarnos quiénes somos cuando dejamos de correr.

Lo especial de nuestros retiros

Hay retiros que se enfocan en la técnica, en la exigencia física o en la evasión. En Eyo Yoga elegimos otro camino. Nuestro foco no es “desconectarte”, sino reconectarte con lo más verdadero de ti mismo.

Sabemos que sanar no siempre es cómodo, y por eso proponemos un entorno cuidado, amoroso y respetuoso. La introspección, el silencio del salón, el altar que construimos juntos, la piedra que simboliza lo que cuesta soltar… Todo está pensado para crear una experiencia profunda pero contenida, donde puedas entregarte sin tener que “hacer de más”.

Además, el acompañamiento emocional no termina con la última clase. Estamos para sostener lo que se abre, tanto en el retiro como en el regreso a la vida cotidiana. Porque lo importante no es lo que pasa en ese día, sino cómo eso que se abre puede transformarte después.

Una bitácora, un camino, un compromiso

Las bitácoras que entregamos no son cuadernos decorativos. Son herramientas de exploración personal, pequeños registros de este viaje hacia adentro. Invitan a observar el cuerpo, las emociones y las ideas con honestidad. Escribir a mano, después de tanto estímulo digital, nos permite volver a un ritmo más real. Uno que late al compás del corazón.

Como parte del retiro, también exploramos el camino del guerrero, inspirado en las enseñanzas de Carlos Castaneda y Don Juan. Nos ayuda a ver que este proceso no es un simple “descanso”, sino una práctica de vida: vivir con intención, reconocer nuestras sombras, soltar la historia personal, y elegir desde un lugar más libre y consciente.

Hoy regreso a mí

Terminamos cada retiro con una frase que nace de adentro: “Hoy regreso a mí con…”. Puede ser paz, claridad, fuerza, dulzura, o una mezcla única que solo cada participante puede nombrar. Esa frase se convierte en un ancla para volver a sí mismo, cada vez que la rutina o el miedo amenacen con alejarnos de lo que descubrimos en ese día.

¿Por qué hacemos retiros?

Porque creemos que hay momentos en los que el alma necesita silencio, el cuerpo necesita tierra, y el corazón necesita decirse la verdad.

Y porque a veces, solo necesitamos recordar esto:
No estamos perdidos. Solo estábamos distraídos.

Y si hay un lugar al que vale la pena regresar, es a nosotros mismos.
¿Te animas?
Nos encantaría hacer este viaje juntos.
Nos vemos en el mat.


Corina Díaz
@‌eyoyoga_

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