El yoga es una práctica que nos invita a explorar y equilibrar las energías que residen en nuestro ser. Y entre esas energías destaca la femenina, que tiene un papel vital en la creación, la receptividad y la transformación interna.
Esta fuerza, conocida como Shakti, representa la dinámica y la intuición que nos conecta con el fluir natural de la vida.
Esta energía femenina no se limita al género, sino que simboliza la cualidad de receptividad, creatividad y poder transformador.
«Representa la fuerza vital que impulsa la manifestación de la vida, la conexión con la naturaleza y la capacidad de adaptarse y fluir en medio de los cambios».
Esta energía se manifiesta a través de la intuición, la sensibilidad y el amor incondicional, aspectos fundamentales para el crecimiento personal y espiritual
Shakti: fuente de la energía femenina
Shakti es el término sánscrito que se utiliza para describir la energía primordial femenina.
Considerada como la fuerza creadora del universo, Shakti es la esencia que anima todas las formas de vida. En la práctica del yoga, trabajar con Shakti significa abrirse a la inspiración, permitir que la creatividad emerja y abrazar la capacidad de transformar el dolor en sabiduría.
Es la energía que impulsa el cambio y que, al estar en equilibrio con la fuerza masculina (Shiva), nos conduce hacia la unidad y la realización personal.
El equilibrio entre lo masculino y lo femenino
El yoga nos enseña, entre otras tantas cosas, que para alcanzar la armonía plena es esencial equilibrar las energías masculina y femenina.
«Mientras la energía masculina se asocia con la disciplina, la estructura y la acción, la energía femenina nos conecta con la intuición, la compasión y la receptividad».
Este equilibrio no solo fortalece nuestro bienestar emocional y mental, sino que también nos permite enfrentar la vida con una perspectiva integral, donde la lógica y la intuición coexisten en perfecta sincronía.
Cómo se manifiesta Shakti en la práctica
A través de la intuición y conexión interna. La energía femenina nos invita a escuchar esa voz interna que guía nuestras decisiones. La práctica de la meditación y la atención plena nos ayuda a sintonizarnos con nuestro yo profundo, permitiéndonos acceder a una sabiduría que va más allá del pensamiento racional.
Con fluidez y adaptabilidad. Como el agua, la energía femenina es adaptable y receptiva. En el yoga, aprender a moverse con fluidez a través de las asanas y a fluir con la respiración es una forma de honrar esa cualidad, invitando a la flexibilidad física y emocional.
Una muestra de creatividad y transformación. La creatividad es una manifestación directa de la energía femenina. Al integrar prácticas que estimulan la expresión artística y la visualización, podemos desbloquear nuestra capacidad innata de crear, transformar y reinventarnos a nosotros mismos.
En un gesto de compasión y amor. La energía femenina se caracteriza por su capacidad para nutrir y cuidar. En la filosofía del yoga, cultivar la compasión hacia uno mismo y hacia los demás es fundamental para establecer relaciones auténticas y para fomentar un entorno de crecimiento y sanación.
La energía femenina en el yoga es un camino hacia la autoaceptación, la creatividad y la transformación interna. Al conectarnos con esta fuerza vital, abrimos la puerta a una vida más plena y consciente, donde la intuición y el amor se convierten en guías para nuestro viaje personal.
El yoga y la meditación son prácticas que nos permiten abrazar la esencia de Shakti, teniendo así la posibilidad de vivir en equilibrio, honrando tanto la fuerza como la suavidad que residen en nuestro interior.
Descubre el poder de la energía femenina y permite que su flujo natural te conduzca hacia una existencia más auténtica y vibrante.
¡Namasté!
Corina Díaz.
